El mar se movía de manera rítmica
intentando llegar cada vez más lejos sobre la arena de la playa, con una
retirada rápida para un embate mayor. El paso del agua borraba las huellas
producidas a lo largo del día a la vez que mojaba los pies de un joven que
estaba sentado sobre la arena. El sol aquella tarde se mostraba fuerte
incidiendo sobre la cara del hombre que, junto con el viento, secaban las
lágrimas resbaladizas de sus mejillas. Habían pasado tan solo unas horas desde
que la mujer a la que quería con todo su ser hubiese partido. Un viaje con la
certeza de un regreso sin día conocido. O por lo menos era lo que pensaba él. Estaba
convencido de que ella volvería. La esperaría ahí el tiempo que fuese
necesario, no se movería hasta volver a contemplar su belleza. La imagen que
tenía de ella era su mayor tesoro y por eso no podía dejar de ver su mirada, su
sonrisa, la alegría que siempre desprendía, no podía olvidarla.
Los días se empezaron a suceder,
uno detrás de otro a cada cual más largo pasando a semanas, meses y años. Pero
él seguía en el mismo sitio permaneciendo con la misma esperanza, de que ella
volvería, que el primer día. Su imagen seguía siendo igual de nítida y de
clara, no había perdido ningún detalle.
Los años parecían dilatarse en el
tiempo con la espera pero este no paraba y los años pasados se iban acumulando.
Su corazón albergaba los mismos sentimientos que antaño, esta vez teñidos por
la añoranza pero igual de enérgicos a pesar de la ausencia de su motor
principal. Solo miraba al horizonte esperando una señal que le indicara que
estaba en lo cierto y que ella habría vuelto. Aquellos sentimientos tan fuertes
se sustentaban con la idea de que ella sentía lo mismo que él y por eso estaba
convencido de que volvería, porque ella también le necesitaba.
Después de tanto tiempo, después
de tanta espera, su corazón latía desbocado al ver la figura de la mujer a la
que amaba, corría y corría hacia ella porque quería tenerla a su lado,
abrazarla y saber que ya no se volvería a ir. Cuando vio detenidamente su cara,
su cuerpo, se quedó perplejo, confuso al igual que ella cuya cuyas facciones
expresaban duda, indecisión hasta que ambos se dieron cuenta que sus reacciones
habían sido recíprocas, momento en el que se fundieron en un abrazo. Se agarraban
con fuerza, las lágrimas de alegría caían en la arena, notaban como ambos
corazones latían con la potencia del sentimiento más puro que era el que les
había guardado la misma juventud del primer día que se separaron. El amor les
había concedido otra oportunidad.
Muy chulo, me encanta la descripción del inicio.
ResponderEliminar¿Esa mujer a qué sentimiento hace referencia?
Ciao!
A la felicidad! :D
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