miércoles, 14 de marzo de 2012

R. P. 3ª Parte


En un parpadeo volvía estar en el metro en el mismo sitio en el que estaba situado anteriormente. Parecía como si no hubiese pasado el tiempo, la gente continuaba con sus tareas, unos leyendo, otros escuchando música, otros pensando, pero en la misma posición y en el mismo lugar que previamente había visto. Cada vez entendía menos qué estaba pasando, no sabía si lo que había vivido era real o resultado de su imaginación, pero ahí volvía a estar sin saber cuál había sido el desenlace de la lucha irracional que había tenido.
De repente se acordó de aquel hombre de mirada penetrante y giró la cabeza para comprobar que ahí seguía. El hombre, en la misma posición que se encontraba antes, estaba pendiente de un bolso que portaba una mujer joven. Esta tuvo que apretarse contra otra persona debido a la cantidad de gente que entraba en la nueva parada. El hombre entonces se puso en movimiento lentamente y se fue ubicando paulatinamente cerca de la mujer, de manera que su mano quedaba próxima al bolso.
Él se dio cuenta de que iba a robar a la muchacha así que se levantó y cuando vio que la mano estaba introduciéndose en su bolso, gritó para avisarla. El hombre sacó la mano rápidamente y se volvió mirándole con cara de ira mientras se acercaba. Se fijó que estaba sacando una navaja según avanzaba hacía él, así que instintivamente actuó rápido. Se lanzó sobre el robusto hombre antes de que pudiese hacer nada con el cuchillo. Empezaron a forcejear mientras la gente de alrededor no salía de su asombro en unos y del miedo en otros. Era una batalla perdida el forcejear con un hombre de su constitución así que mientras, pensaba en cómo salir de aquel problema. Pronto la solución estuvo a su alcance. El hombre en un intento de darse más impulso contra él, inclinó el cuerpo hacia delante quedando ambas caras a una distancia muy reducida, circunstancia que él aprovechó para darle un cabezazo contra su tabique nasal. El efecto fue el esperado, rápidamente comenzó a sangrar por la nariz y a llorarle los ojos, cosa que empleó para empujarle. Este cayó al suelo mientras se llevaba las manos a la nariz. Según se paró el tren en la siguiente parada él salió para avisar a los trabajadores del metro del incidente con el ladrón. Dos empleados de seguridad aparecieron rápidamente y se ocuparon.
Él se paró un instante, fueron demasiados acontecimientos consecutivos que tenía que asimilar de alguna manera. Estaba nervioso, excitado, desorientado y a la vez eufórico. Una mezcla de sensaciones diferentes mientras su mente intentaba dar una explicación racional a los sucesos ocurridos.
En ese momento, un hombre misterioso con una gabardina y un maletín se acercó a él y le dijo en voz baja:
- Si crees que lo sucedido con la araña ha sido una locura, vente conmigo y te haré cambiar de opinión. - Le sugirió mientras le indicaba que le siguiera. Esto tenía menos sentido que lo anterior, pero como sabía lo de la araña siguió al enigmático hombre...CONTINUARÁ

Esta es la primera historia de R.P. de unas cuantas que quedan. La semana que viene probablemente la historia  será otra diferente que no tenga relación con R.P., pero en semanas posteriores iré publicando más sobre este argumento ¡al que todavía le queda por desarrollar!


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